BELLEZA CRUEL
Recién te conocí,
te reconocí como mía.
Me acogiste con ternura,
y pretendí sentirme en casa.
Recorrí tus calles,
de alguna manera me abrigabas
y conforme fui perdiéndome
en el laberinto de tu personalidad
observé a la enemiga,
la de cara alargada y blanquiazul,
sin colores calidos en el corazón.
Te mire con el rostro amargo
y de ceño fruncido,
te observé como se observa
el adoquín recién empapado
de lluvia que no cesa.
Te observé y seguí,
te quise querer, aún después
de sentirme lastimada
con tu sequedad y brutal indiferencia;
lo cierto es que no pude odiarte.
Eres tan fria y airosa
llena de tangos repletos
como pan relleno de resentimientos
y orgullo, eres tan alzada
como un mueble viejo,
perdido y olvidado
en la esquina de un continente,
como esas sillas Luis XV
esperando que regresen los bellos tiempos
en que alguien vuelva la mirada
y por tu hermosura repose en tí.
Eres cruel belleza
exclusiva y excluida
del mundo cálido aquél
de gente sencilla y entregada.
No pareces de aqui...
No eres de aqui.
Llegaste de otras tierras
y guardas en el corazón
el rencor de centurias pasadas
y tu doble moral.
Hoy volví a mirarte,
te observé, te recorrí
y no pude dejar de hacerlo
con una sonrisa como quien mira
a su hijo con comprensión
y recelo de su ingenuidad.
Actuaste intentando agradarme
con lo que crees que son
tus raices mestizas:
con tus bailes en la calle,
con tus artes que nombras artesanias
que contienen raices
previas a tu mundo.
Vienes a llamarme
lanzándome bocanadas de aire
y empujando tus aromas agradables
de insípido café
que me desvían de mi camino.
Ahora no salí a caminar
del brazo de quien me protege,
ahora no hubo necesidad
de defenderme de tu antipatía
pues hoy me sientes tan tuya
que al rozarme contigo
me ofreces protección...
Hoy por fin te vi sonreir.
Vuelvo al cobijo de mi amante
que también vive en tu recuerdo
buscando encontrarte como amiga
pero no sabíamos que tu abrazo se gana
golpeando tu corazón
con fuerza y algarabía,
bofeteando tu impulsiva terquedad
con ternura y por fin,
dormir en tu regazo que nos ha adoptado
como parte de tí.
Y es que hoy, justo hoy
tus parques me coquetean con la luz del sol
que rehusa caerse para hacerme ver
tras árboles de ramas a medio deshojar
tu oculta calidez y tu sonrisa.
Me miraste, te comprendí,
fuiste amiga, y ahora terminas el día
sencillamente siendo mi hogar.
Etiquetas: De mi corazón abierto
1 Comentarios:
Como no darle asilo a una pareja tan llena d energia, de ilusiiones, de victorias, de fracasos, de lucha incesante, de hambre, de satisfaccion. Es hora de golpear fuerte, de gritar al viento que los ciudadanos dle mundo estan alumbrrando el pais olvidado y que mantienen los pies en el sol pero el corazon en el aguila
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